jueves, 31 de mayo de 2012

Maldita mañana...

La culpa es de estas mañanas:
depresivas, frías, hostiles;
llenas de recuerdos, de anhelos imposibles
y agujas que se clavan en los párpados. 
Es el ruido y el sonido de las teclas
que me reconfortan con el mundo,
los planes se caen y 
el recuerdo me escupe a la cara.

La culpa es de estas mañanas
que no dicen mucho y no hacen nada,
estos jueves perezosos y la cama desordenada.
La culpa es mía por faltar a mis promesas;
y recordar por primera vez,
lo que juré con tanto esmero mantener en mi cabeza.