Un día me gustaría enamorarme,
perderme en una
mirada,
soñar con una
sonrisa.
Dejar de comer y
dormir,
no tener
espacio
en la mente para
nada más.
Que los versos
fluyeran,
rápidos y
violentos,
inspirados como
nunca,
mentiras para el
alma;
dulce tedio
tormentoso.
Sentir que la
vida
se me va en un
suspiro,
que la ausencia me
persiga,
que las dudas me
desgarren;
y que un tierno
beso me embriagase.
Inevitable
dolor
que me desangre el
corazón
Salado y agitado
como
el mar violento.
Con la lluvia de
cenizas
que poco a poco
quemarían,
esta alma hecha
pedazos
que no entiende
todavía.