Pasar frente a ti, corresponde un gran número de esfuerzos
en contra de mi torpeza, de un ligero y sutil coqueteo,
una serie de pasos calculados,
de enormes intentos por conservar mi hostilidad.
De vez en cuando me convenzo de que lo mío
es un invento, una especie de asunto recreativo,
para entretener a este ánimo romántico.
De todas formas, no es como si te importara
sostenerme las miradas, o regalarme una sonrisa.
Con las horas, pasan los días, y es cuando entonces,
se me ocurre exigirme una explicación,
de si esto es una queja, un escrito o un poema;
por ahora empatan los últimos dos.