De pronto me pasa, no sé
que no me dan ganas de nada,
que quiero tirarme sobre la cama
y golpear con fuerza la almohada.
Que me agobia todo, y nada sale,
entonces agrego dos mentiras aburridas
y poco creíbles a mi historia,
y luego las náuseas
y el temblor por lo que no digo,
de este enojo mal guardado.
Luego viene la ira y el llanto,
y me da por lanzar libros,
y luego por recogerlos,
y luego por limpiarlos.
Pasa el rato y vuelvo en sí,
qué carajos has hecho,
y entonces lo escribo,
lo borro y lo corrijo.