Este poema por encargo,
espero que le agrade,
que le guste y no se ofenda,
si mis palabras no le describen,
si mis teclas y voz temblorosa,
no alcanzan a retratar su tierna historia.
Y usted quizás recuerde,
que le conoció una mañana,
que le sonrió timidamente,
que le sedujo en la mirada.
A ratos se callaba,
a veces sólo para admirarla,
y entonces ella le descubría,
había que romper a carcajadas.
Abrazarla, todo era abrazarla,
de lunes a domingo y también en días festivos,
los martes de peleas, y los jueves de comida,
a veces quisiera volver a abrazarla.
Perdiendo potencia y velocidad,
lo suyo se alentaba,
como aquellos interminables diciembres,
como esta interminable fila de recuerdos.
Ahorrémonos los dramas,
si terminó con eso basta,
usted me lo ha pedido,
que le vuelva poema,
que la mencione aquí para que no vuelva.